El Pueblo
Eutimio (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
En el pueblo de no sé dónde, se le reza a no sé qué santo, se le pide no sé qué cosa y te concede quién sabe qué milagro. No se sabe cómo llegar ahí, ni qué cosas venden, pero venden, ni cuánto cuestan, pero cuestan y ni para qué sirven, pero sirven. Además, ahí con todos estos datos es posible tomar conciencia de la realidad propia y responsabilizarse de ella.
Más aún, se puede mejorar la calidad de vida, tanto la física y mental, como la emocional y social, o en el departamento que sea elegido por propia voluntad, puede ser cualquier otro, diferente a los mencionados aquí, como son el económico, espiritual, cultural, laboral, matrimonial, etc.
Si usted llega a encontrar ese pueblito y desea comprar —en el interior del mercado que nunca fue mencionado— lo que necesita para su bienestar, serenidad y/o buen juicio, con ello podrá superar de alguna manera depresiones, miedos, ansiedades y resentimientos entre otros afectos, pensamientos y emociones análogos o más importantes. Usted sólo podrá pagar de una forma y ésta es invirtiendo su tiempo y toda la disposición que sea capaz de integrar a su compra y mucho poder de solución.
Asimismo se le informa que en ese lugar, al adquirir lo que precisa para su prosperidad, seguridad y entereza, usted al unísono podrá desprenderse de esa pesada loza que a sus espaldas lleva cargando... Y es por llamar de algún modo al vacío existencial; la timidez; la baja autoestima; la frustración; la indecisión; la incomunicación; las prisas y, sobre todo, esa sensación de no poder o no saber pertenecer a nada ni a nadie.
Se intentará reconquistar a través de entrelazar autogestión, democracia y espacio social; el sentido de pertenencia; la dignidad; la unidad; el respeto; la justicia; la bondad y, máxime, la ansiada libertad de actuar, pensar y hablar como lo ordene la propia conciencia: La soberanía y la autonomía.