Furia
Victor (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
Exponer una circunstancia o experiencia de vida es como la furia del viento que sopla y sopla sin cesar, sin saber en que momento se terminará. Después de unos segundos que se hicieron eternos, se comienza a tomar el hilo y la confianza de continuar y continuar, hasta que al fin, cuando esos ventarrones a los que ya se les iba tomando la medida se terminan, vuelve la paz y tranquilidad.
Se hace luego un viento que sopla en el bosque, con todos los susurros de quienes ahí viven. Primero se confunde y luego se distinguen del viento que pasa entre las hojas de los árboles cada vivencia que va tomando nueva forma y sentido. Con calma se pueden ya reconocer siluetas y luego formas. Todo se hace poco a poco parte de un paisaje que reconocemos más nítidamente, con la ayuda de los colores que nos ofrece la paleta de quienes luego escuchamos y que nos permiten ver cada vez con mayor claridad, porque aprendemos a ser sensibles a cada murmuro y soplo, cada sombra y luz.
Cada experiencia de vida va marcando la grandeza del corazón que aprende a escuchar y compartir los momentos y sentimientos con los que formamos y reconocemos los caminos y veredas de nuestra vida. Llegamos cada uno al entendimiento de un bosque esplendoroso y logramos la sabiduría para vivirlo y conocerlo en todos sus momentos y rincones.