El que no soy yo

Defarg  (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)

Allá arriba algunas nubes juguetean con el viento.  El aire fresco golpea mi rostro y mi mirada se va detrás de los recuerdos.

Esta mañana extrañamente me dio por escribir. Quizá mi estado de ánimo ayudó a que esto sucediera.  Pensaba en la vida, el amor, en mí y en el otro. Es decir en el que no soy yo...

Llegó hasta mí lo que un día dijeron los más viejos de los viejos, quienes no pensaban igual. Esta diferencia de pensamiento causaba conflicto entre ellos, así que acordaron hacer lo que los dioses: Cada uno habló, dándose cuenta que su pensamiento era diferente al de los otros. Es así como llegaron a su Primer Acuerdo: "Reconocer la diferencia y aceptar la existencia del otro". Así tenían que caminar por la vida. Pero esto generó otro conflicto, pues una cosa era reconocer que eran diferentes y otra muy distinta respetar esa diferencia. Sin embargo, al escucharse el uno al otro concluyeron que se estaban conociendo más a sí mismos al ver las diferencias con los otros. Sacaron su Segundo Acuerdo: "Es bueno que haya otros que sean diferentes porque si se los escucha, se sabe más de sí mismo". Los dioses eran buenos para la habladera, mas con estos acuerdos, también aprendieron a escuchar...

Me perdí en este pensamiento y los deseos de escribir se esfumaron. Me dio gusto ser el que no soy yo...

Ya las nubes se han desmenuzado por e viento que vino a llevarse mis recuerdos y el sol vespertino salió, trayendo con él esos pájaros que vuelan al atardecer.